jueves, 8 de noviembre de 2012

¿Cómo prevenir la desnutrición en niñas y niños?




-Acude a la unidad de salud para que controles tu embarazo.
-Dale sólo leche materna hasta los 6 meses de edad.
-No utilices biberón.
-A partir del cuarto o sexto mes dale otros alimentos además de la leche materna
-Dale de comer 5 veces al día de los alimentos que tengas en casa.
-Prepara los alimentos con limpieza.
-Vigila su crecimiento y desarrollo y llévalo a vacunar.
- Incluye en cada comida alimentos de los tres grupos:
1.     Cereales y tubérculos (tortillas, pan, arroz, pastas, camote o papas).
2.    Leguminosas y alimentos de origen animal (frijol, lentejas haba, pollo, huevo, pescado, carne, leche o queso).
3.    Verduras y frutas de temporada y de la región.
-Lava tus manos antes de preparar o darle los alimentos y después de ir al baño o cambiar el pañal.
-Si observas que el niño o niña está triste, no juega y no quiere comer, llévalo de inmediato a la unidad de salud, puedes estar a tiempo de evitar que se desnutra.















Estrategias para Contrarrestrar el problema.

Los ciudadanos son fundamentales en la lucha contra la desnutrición infantil. Su ayuda y sus aportaciones están en la base del trabajo de numerosas ONG, que en época de crisis reducen los ingresos procedentes de subvenciones. Pero, ¿por qué luchar contra la desnutrición infantil? La malnutrición provoca cada año cerca de 10 millones de muertes infantiles por causas evitables
En primer lugar, esta implica que los pequeños tengan una alimentación insuficiente, con las consiguientes consecuencias para su salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que "cada año mueren cerca de 10 millones de niños menores de cinco años por causas fácilmente evitables", como la falta de vitamina A y minerales.

¿Es posible llegar a tener desnutrición cero ?, fue la pregunta que le planteamos a especialistas de diversas áreas. Aquí sus respuestas.

Javier Abugattás (ex viceministro de Economía y catedrático de la Universidad Católica)

“Sí es posible llegar a tener desnutrición cero, pero requiere mucha atención. Para lograr esa meta, tendríamos que tenerla como un objetivo principal por encima de muchas cosas. Hay que tener una propuesta y un seguimiento muy cercano para que ningún niño se quede fuera. Si se presta atención a cada uno de los 42 mil niños que nacen cada mes es posible eliminar la desnutrición crónica infantil. El tema es tener la decisión para hacerlo. Tenemos los programas estratégicos prioritarios para lograrlo. El problema no es falta de recursos, sino de acción, de tomar más en serio este tema. Si realmente tomamos atención al tema de la nutrición infantil, no habría niños con desnutrición en seis o siete años”.

Oscar Liendo (ex oficial de Salud y Políticas Sociales de UNICEF)
“Por supuesto que es posible llegar a desnutrición infantil cero, pero hay que identificar algunas prioridades. Vencer a la desnutrición es una tarea integrada, en la que coinciden varias acciones, como atención de salud y alimentación complementaria. El problema actual es que las acciones son dispersas, cada sector actúa por su lado. Lo que se requiere es una programación integrada y para eso se necesita identificar al niño, individualizarlo. Tenemos la tecnología para hacerlo. Debe abrirse una historia clínica o un registro que sea común a todos los sectores. Es necesario de que todos asuman su rol en el sector público, que la sociedad civil participe y que haya una mayor inversión. Si todo eso se cumple, por supuesto que es posible llegar en una década a tener desnutrición cero”.

Carlos Eduardo Aramburú (antropólogo y catedrático de la Universidad Católica)



“Los niveles de desnutrición en el Perú son muchos más altos que en el resto de la región. Creo que por lo menos podría reducirse a la mitad y para llegar a esto hay que darle prioridad política. Queda claro que regalar alimentos no es una buena opción. Lo mejor es darle importancia a la educación de la madre, que es un factor determinante para la nutrición del niño”.



Uriel García (ex ministro de Salud)

“No soy tan entusiasta, aunque desnutrición cero debe ser una meta. Todos los niños del Perú nacen con la opción de desnutrición cero porque tienen la leche materna, que es el alimento más completo. Una estrategia para combatir la desnutrición es la educación. Debe haber una estrategia de atención primaria de la más alta calidad que induzca a la población a nutrirse de manera adecuada y, sobre todo, tener una vigilancia sobre la propaganda comercial que distorsionan los hábitos de la buena alimentación”.
Mario Tavera (oficial de Salud de UNICEF)


“Hay que abordar las causas prevenibles de la desnutrición infantil asociadas al entorno y las de carácter social. Eso es posible y es lo que se debería buscar llevar a cero. Pero no es posible eliminar por completo la desnutrición para que no exista ni un solo niño desnutrido, porque hay desnutrición que tiene que ver con enfermedades crónicas o males congénitos. A pesar de los progresos, la tasa de desnutrición en el país aún es muy alta. Es posible combatirla con un enfoque integral, de ciclo de vida, empezando desde antes de la gestación. Muchas de las desnutriciones empiezan en el embarazo, por eso hay que mejorarle a la madre la ingesta nutricional. Es fundamental, una vez que nace el niño, una buena lactancia materna, además de una correcta higiene. También es muy importante el entorno familiar. Son muchos factores y por eso la desnutrición es tan difícil de combatir”.
Carmen Maldonado (presidenta Sociedad Peruana de Pediatría)


“Llegar a la desnutrición cero es posible, pero para eso debemos prevenir la malnutrición educando a la comunidad para que sepa cómo nutrir a los niños. Lo ideal es que los equipos de salud y educación apoyen en la difusión de los programas de nutrición en la infancia, como los programas de lactancia materna, haciéndole saber a la población que la lactancia es un gran soporte el primer año de vida. Si se coloca como meta tener desnutrición cero en un quinquenio o en un decenio sí es posible lograrlo. Lo importante es reconocer que es un hecho que se puede revertir y que para ello se necesita el apoyo de toda la comunidad”.

Fernando Carbone (ex ministro de Salud y coordinador general de Medicus Mundi en Perú)

“Sí es posible llegar a la desnutrición cero, pero se necesita una concertación de voluntades e inversiones más fuertes para atender el tema de malnutrición. Los mayores éxitos en los últimos años han sido referentes a lo que es la desnutrición calórica proteica, que es la que tiene que ver con la talla y el peso, que es la más fácil de combatir. Sí es probable que en este caso se logre llegar a un nivel cero de desnutrición en el plazo establecido de diez años. Pero lo más complicado es la malnutrición por falta de micronutrientes, que es la desnutrición más grave, porque causa deficiencias irreversibles. Por ser más complejo, en el caso de la malnutrición por micronutrientes creo que se podría llegar a un nivel de cero en quince años. Para lograrlo hay que revisar los actuales programas para que no solamente se enfoquen en la desnutrición calórica proteica sino también en la de micronutrientes”. Oscar Aquino (director ejecutivo de daño y riesgo nutricional del Centro Nacional de Alimentación y Nutrición)

“Se puede fijar una meta social como reducir la desnutrición a cero, pero eso es algo que países así nomás no lo tienen. La desnutrición está ligada a la pobreza extrema. Es bueno que se fije la meta de desnutrición cero, pero lograrla es muy difícil. Creo que en cinco años podemos ponernos como meta bajar la desnutrición crónica infantil a un 15 por ciento, que es el nivel de la pobreza extrema. Nosotros estamos haciendo un esfuerzo, ya que invertir en nutrición es como hacer un megaproyecto. Se necesita mucha inversión y mucho tiempo. El Programa Articulado Nutricional (PAN) es una inversión a largo plazo con retorno lento. Es mejor bajar lentamente la desnutrición que bajarla rápidamente, para así evitar un efecto rebote”.






Los estragos que provoca la desnutrición que se padece en la primera infancia son los más lamentados por una sociedad, ya que en esta etapa el mayor impacto lo sufre el cerebro. Éste es el órgano que más rápidamente crece, pesa 35 gr al nacer (seis monedas de un peso),   a los 14 meses  900 gr. (150 monedas de un peso) y en el  adulto, su peso es de  1.200 gr. (200 monedas de un peso), durante los dos primeros meses de vida crece a un ritmo de 2 mg. por minuto. En la desnutrición, no sólo se detiene el crecimiento cerebral, sino que además se presenta una atrofia del cerebro. La suerte del sistema nervioso central está determinada en los primeros 14/18 meses de vida. Si durante este tiempo, el niño no recibe una adecuada ingesta de nutrientes y estimulación adecuada, se transformará en un débil mental.

 

Europa sale de sus dos guerras absurdas, porque el intelecto estaba intacto, y nosotros no podemos salir del atraso crónico y ridículo en el que estamos, porque nuestro intelecto está dañado.

 

Habitualmente nos quejamos cuando vemos a un chico desnutrido, y lo primero que hacemos es compararlo con la madre, o el padre, o la abuela, que generalmente son gordos, y opinamos, muy sueltos de cuerpo: “ellos comen bien, pero no le dan de comer a sus hijos”. En realidad, nunca en la pobreza extrema se come bien. Cuando vemos a alguien gordo, en estos ambientes por supuesto, habitualmente es un hidrópico, un inflado por miga, harina, arroz, hidratos de carbono. Muy pocas veces comen proteínas, tan necesarias para el desarrollo cerebral. Generalmente, este adulto no ha terminado su educación  primaria, y mira pasar la vida como detrás de un vidrio, viendo como los demás viven, con muy pocas posibilidades personales. Madres pobres y desnutridas, dan a luz hijos desnutridos de menor peso y con menos neuronas en su cerebro.

 

Los niños tienen el problema agravado, ya que dependen de terceros para alimentarse, los que generalmente no tienen ni los medios, ni la educación necesaria, para poder llevar adelante con éxito esa crianza. A su vez, los requerimientos energéticos de ellos, en su fundamental primer año de vida, son de tal magnitud, que cuando se tiene acceso a una buena nutrición, duplican su peso de nacimiento en 5 a 6 meses, y lo triplican en un año.
 
 
 
 
“Hay que hacer con la vida, como un arquero que tiene un blanco”, decía Aristóteles; pues bien nuestro blanco debería ser proteger el cerebro de los niños en el vientre materno, y en los primeros  18 meses de vida, ya que es en ese tiempo cuando se sella la suerte del sistema nervioso central (SNC). La principal riqueza de un país, es su capital humano, y si ese capital está dañado, el país no tiene futuro. Luego la educación hará la diferencia. Solo con educación, nuestra gente tendrá salidas laborales dignas. Vivimos aquí y ahora para hacer grandes cosas juntos, y es necesario entender que para salir de esta grave crisis, los gobiernos, junto con las ONG, y la comunidad toda, debemos trabajar. Ninguno de estos tres actores individualmente  podría.

 

La nutrición adecuada 1º y la   educación, después,  debería ser una definitiva política de estado. El valor agregado de cualquier individuo, en este mundo competitivo y globalizado, es sin duda la educación, pero antes será necesario entender que es fundamental preservar el cerebro.














Los estragos que provoca la desnutrición que se padece en la primera infancia son los más lamentados por una sociedad, ya que en esta etapa el mayor impacto lo sufre el cerebro. Éste es el órgano que más rápidamente crece, pesa 35 gr al nacer (seis monedas de un peso),   a los 14 meses  900 gr. (150 monedas de un peso) y en el  adulto, su peso es de  1.200 gr. (200 monedas de un peso), durante los dos primeros meses de vida crece a un ritmo de 2 mg. por minuto. En la desnutrición, no sólo se detiene el crecimiento cerebral, sino que además se presenta una atrofia del cerebro. La suerte del sistema nervioso central está determinada en los primeros 14/18 meses de vida. Si durante este tiempo, el niño no recibe una adecuada ingesta de nutrientes y estimulación adecuada, se transformará en un débil mental.

 

Europa sale de sus dos guerras absurdas, porque el intelecto estaba intacto, y nosotros no podemos salir del atraso crónico y ridículo en el que estamos, porque nuestro intelecto está dañado.

 

Habitualmente nos quejamos cuando vemos a un chico desnutrido, y lo primero que hacemos es compararlo con la madre, o el padre, o la abuela, que generalmente son gordos, y opinamos, muy sueltos de cuerpo: “ellos comen bien, pero no le dan de comer a sus hijos”. En realidad, nunca en la pobreza extrema se come bien. Cuando vemos a alguien gordo, en estos ambientes por supuesto, habitualmente es un hidrópico, un inflado por miga, harina, arroz, hidratos de carbono. Muy pocas veces comen proteínas, tan necesarias para el desarrollo cerebral. Generalmente, este adulto no ha terminado su educación  primaria, y mira pasar la vida como detrás de un vidrio, viendo como los demás viven, con muy pocas posibilidades personales. Madres pobres y desnutridas, dan a luz hijos desnutridos de menor peso y con menos neuronas en su cerebro.

 

Los niños tienen el problema agravado, ya que dependen de terceros para alimentarse, los que generalmente no tienen ni los medios, ni la educación necesaria, para poder llevar adelante con éxito esa crianza. A su vez, los requerimientos energéticos de ellos, en su fundamental primer año de vida, son de tal magnitud, que cuando se tiene acceso a una buena nutrición, duplican su peso de nacimiento en 5 a 6 meses, y lo triplican en un año.

 

“Hay que hacer con la vida, como un arquero que tiene un blanco”, decía Aristóteles; pues bien nuestro blanco debería ser proteger el cerebro de los niños en el vientre materno, y en los primeros  18 meses de vida, ya que es en ese tiempo cuando se sella la suerte del sistema nervioso central (SNC). La principal riqueza de un país, es su capital humano, y si ese capital está dañado, el país no tiene futuro. Luego la educación hará la diferencia. Solo con educación, nuestra gente tendrá salidas laborales dignas. Vivimos aquí y ahora para hacer grandes cosas juntos, y es necesario entender que para salir de esta grave crisis, los gobiernos, junto con las ONG, y la comunidad toda, debemos trabajar. Ninguno de estos tres actores individualmente  podría.

 

La nutrición adecuada 1º y la   educación, después,  debería ser una definitiva política de estado. El valor agregado de cualquier individuo, en este mundo competitivo y globalizado, es sin duda la educación, pero antes será necesario entender que es fundamental preservar el cerebro.

Los estragos que provoca la desnutrición que se padece en la primera infancia son los más lamentados por una sociedad, ya que en esta etapa el mayor impacto lo sufre el cerebro. Éste es el órgano que más rápidamente crece, pesa 35 gr al nacer (seis monedas de un peso),   a los 14 meses  900 gr. (150 monedas de un peso) y en el  adulto, su peso es de  1.200 gr. (200 monedas de un peso), durante los dos primeros meses de vida crece a un ritmo de 2 mg. por minuto. En la desnutrición, no sólo se detiene el crecimiento cerebral, sino que además se presenta una atrofia del cerebro. La suerte del sistema nervioso central está determinada en los primeros 14/18 meses de vida. Si durante este tiempo, el niño no recibe una adecuada ingesta de nutrientes y estimulación adecuada, se transformará en un débil mental.

Europa sale de sus dos guerras absurdas, porque el intelecto estaba intacto, y nosotros no podemos salir del atraso crónico y ridículo en el que estamos, porque nuestro intelecto está dañado.

Habitualmente nos quejamos cuando vemos a un chico desnutrido, y lo primero que hacemos es compararlo con la madre, o el padre, o la abuela, que generalmente son gordos, y opinamos, muy sueltos de cuerpo: “ellos comen bien, pero no le dan de comer a sus hijos”. En realidad, nunca en la pobreza extrema se come bien. Cuando vemos a alguien gordo, en estos ambientes por supuesto, habitualmente es un hidrópico, un inflado por miga, harina, arroz, hidratos de carbono. Muy pocas veces comen proteínas, tan necesarias para el desarrollo cerebral. Generalmente, este adulto no ha terminado su educación  primaria, y mira pasar la vida como detrás de un vidrio, viendo como los demás viven, con muy pocas posibilidades personales. Madres pobres y desnutridas, dan a luz hijos desnutridos de menor peso y con menos neuronas en su cerebro.

Los niños tienen el problema agravado, ya que dependen de terceros para alimentarse, los que generalmente no tienen ni los medios, ni la educación necesaria, para poder llevar adelante con éxito esa crianza. A su vez, los requerimientos energéticos de ellos, en su fundamental primer año de vida, son de tal magnitud, que cuando se tiene acceso a una buena nutrición, duplican su peso de nacimiento en 5 a 6 meses, y lo triplican en un año.

“Hay que hacer con la vida, como un arquero que tiene un blanco”, decía Aristóteles; pues bien nuestro blanco debería ser proteger el cerebro de los niños en el vientre materno, y en los primeros  18 meses de vida, ya que es en ese tiempo cuando se sella la suerte del sistema nervioso central (SNC).

 

Origen de la Desnutricion.




La desnutrición es una enfermedad causada por una dieta inapropiada, hipocalórica e hipoprotéica. También puede ser causada por mala absorción de nutrientes como en la anorexia. Tiene influencia en los factores sociales, psiquiátricos o simplemente patológicos. Ocurre principalmente entre individuos de bajos recursos y principalmente en niños de países subdesarrollados.

La diferencia entre esta y la malnutrición, es que en la desnutrición existe una deficiencia en la ingesta de calorías y proteínas, mientras que en la malnutrición existe una deficiencia, exceso o desbalance en la ingesta de uno o varios nutrientes que el cuerpo necesita (ej: vitaminas, hierro, yodo, calorias, etc).
En los niños la desnutrición puede comenzar incluso en el vientre materno. Las consecuencias de la desnutrición infantil son:
Niños de baja estatura, pálidos, delgados, muy enfermizos y débiles, que tienen problemas de aprendizaje y desarrollo intelectual. Mayores posibilidades de ser obesos de adultos. Las madres desnutridas dan a luz niños desnutridos y las que padecen anemia o descalcificación tienen más dificultades en el parto con niños de bajo peso.

Según Médicos sin Fronteras,[2] cada año 3,5 a 5 millones de niños menores de cinco años mueren de desnutrición.

Que es la desnutricion?


 
La desnutrición infantil es la peor cara de la pobreza extrema que afecta a varias regiones del planeta. Se entiende por desnutrición a la falta de alimentos o la insuficientes cantidad de calorías, nutrientes, vitaminas y minerales necesarios para mantener un estado de salud y peso acorde a la edad.
Según las estadísticas de la Organización Mundial de Salud entre 3 y 5 millones de niños menores de 5 años mueren por año en el mundo por causas asociadas a la desnutrición. Si se amplia el rango de edad la cantidad de personas en esta situación aumenta. Existe una grave crisis humanitaria en varias partes del mundo especialmente en África, Asia y América Latina. Son demasiadas las personas que mueren de hambre y que podrían evitarse.
La desnutrición causa diferentes problemas de salud y enfermedades ,algunas leves, otras crónicas y algunas muy graves, afectando el desarrollo y crecimiento normal, puede ocasionar retraso mental e intelectual y hasta la muerte.
Los niños que sufrieron desnutrición por un largo tienpo padecen secuelas por el resto de su vida.
Para revertir esta difícil realidad se deben implementar políticas urgentes para poder asistir alimentariamente a los niños y las familias pobres. Así como brindarle atención médica, pero con esto no alcanza ya que se necesitan acciones a mediano plazo para poder solucionar el problema habitacional, de desocupación, falta de servicios sanitarios,entre otros.
Debería ser una prioridad para todos los países combatir la pobreza extrema y la desnutrición, evitando que mueran niños por falta de alimentación.
Las personas que se encuentran en extrema pobreza y sufren hambre viven poco y sufren demasiado, todo ese dolor se puede evitar pero se necesita de la ayuda y el compromiso de todos.